Mañanas tranquilas:
rutinas para despertar con calma
Despertar sin apuro. Respirar profundo antes de salir de la cama. Preparar un desayuno rico, sin pantallas ni distracciones. Las slow morning –o mañanas tranquilas– es una forma de comenzar el día priorizando tu bienestar, bajándole el ritmo a la rutina y dándote
un momento solo para ti.
Porque no todo tiene que empezar a mil por hora. Te contamos por qué vale la pena intentarlo y algunas ideas para que las mañanas tranquilas se vuelvan parte de tu rutina cuando puedas incorporarlas
¿Qué son las mañanas tranquilas?
Más conocidas como slow mornings, son rutinas para despertar sin prisa, conectando con lo que sientes, lo que necesitas y lo que te rodea. La idea es basarse en la práctica de la atención plena y el autocuidado, a tu ritmo.
No se trata de hacer más cosas, sino de hacerlas con intención. Puede ser estirar el cuerpo al sol, tomar café escuchando música alegre para despertar o simplemente quedarte unos minutos respirando con los ojos cerrados. La idea es que empieces el día cuidándote, en vez de reaccionar al piloto automático o al ruido exterior.
Dedicar unos minutos durante la rutina matutina puede tener beneficios reales como:
· Mejorar tu ánimo y reducir el estrés
· Ayuda a organizar tus pensamientos y emociones
· Te permite empezar el día con claridad y energía
· Fortalece tu conexión con lo que te rodea, el presente (¡y contigo mismo/a!)
Ideas para tus rutinas de mañanas tranquilas
Compartimos algunas ideas simples que puedes probar en tu rutina de mañanas lentas. Un listado que, por ejemplo, podrías seguir un sábado, cuando sueles tener más tiempo.
1. Quédate un minuto más en la cama
Antes de saltar al día, tómate un momento para respirar profundo, estirarte y conectar contigo. Puedes aprovechar de beber tu primer vaso de agua tranquila.
2. Desayuna sin pantallas
Haz de tu primera comida un ritual: prepara un desayuno saludable, pon
tu taza favorita, escucha música suave, música alegre para despertar o simplemente disfruta en silencio.
3. Activa tu cuerpo con suavidad
Unos minutos de ejercicios de respiración, estiramientos, yoga o una caminata corta junto a tu perro o gato, pueden marcar la diferencia.
4. Ordena con intención
Para los más viajeros, una gran idea es componer un marco con tickets, postales, mapas o pequeños recuerdos recolectados en el camino. Así mantienes tus aventuras siempre presentes.
5. Inspírate con algo que ames
Leer unas páginas, escribir en un cuaderno, regar tus plantas, jugar… cualquier actividad que te conecte con el presente y el disfrute.
Piensa una slow morning como un regalo que puedes darte algunos día, incluso si tienes poco tiempo. Empieza con un pequeño cambio y verás cómo tu rutina para despertar se vuelve más amable y conectada. Porque sí, hay otras formas de empezar el día. Y hacerlo con detenimiento se siente mucho mejor...
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